El pasado miércoles 17 de julio el
candidato presidencial de la Alianza Pablo Longueira, quien había alcanzado tal
nominación habiendo derrotado a Andrés Allamand en las primarias celebradas el domingo
30 de junio, anuncia, a través de sus hijos, que renuncia a su candidatura. La
causa, estar aquejado por un fuerte cuadro depresivo.
Casi
inmediatamente y, luego de los respectivos discursos de preocupación por su
salud, comenzaron las interrogantes sobre quién debería ser su reemplazante. ¿Acaso
quien nominara la UDI, partido al que pertenecía el vencedor de dicha primaria?
¿Tal vez, Allamand, único contendor de Longueira? (Había perdido estrechamente
por solo 22.198 sufragios, obteniendo un 48,62% de la votación total de la
Alianza). ¿O quizás el que resultara de un proceso interno de primarias en el
pacto?
Es
la Ley 20.640 que establece el sistema de primarias para la nominación de
candidatos a Presidente de la República, Parlamentarios y Alcaldes la que nos
entrega las luces requeridas. Ante esta eventualidad el pacto electoral
(Alianza) y los partidos que lo integran (UDI-RN) han quedado liberados para la
designación de su candidato, en forma individual o en pacto electoral. Estando
habilitados para nominar al otro candidato que participó en la primaria
(Allamand) o, a cualquier otra persona si así lo decidieran.
Aunque
las conversaciones entre la UDI y RN no se hicieron esperar, si lo ha hecho la
decisión por un candidato único. Derivado ello, de las primeras declaraciones
del Presidente de la UDI reclamando el derecho de su partido para la designación
del candidato del pacto, el retorno desde México de Allamand, luego la rápida proclamación
por la Comisión Política de la UDI de Evelyn Matthei como candidata y, las
horas de reflexión que se ha dado RN para definir su candidato ante un posible gran
encuentro con la UDI o, por si decidieran asistir por separado a la primera
vuelta.
Los
hechos de los últimos días nos permiten identificar tres como los caminos por
los que deberían optar RN y la UDI, ya como pacto, ya individualmente. 1) La
nominación de candidato único que surja de un convento político entre la UDI y
RN, como lo propone Matthei, 2) un candidato único que surja de un rápido
proceso de primarias, como lo ha dejado entrever Manuel José Ossandón
(considerándose él mismo posible candidato) o; 3) que los partidos de la
Alianza lleven sus propios candidatos en la idea que, el que logre en primera
vuelta mayoría relativa, sea el abanderado del pacto en la segunda.
Complejo
escenario es el que deviene para la centro-derecha chilena y para quien o
quienes asuman su representación en la próxima cita electoral presidencial, en el
anhelo por continuar siendo gobierno. En estos años no han sido poco los enfrentamientos
que tanto la UDI como RN han tenido con el gobierno de Sebastián Piñera. Lo que
ha generado sensación de debilidad en la dirección del gobierno. Siéndole muy
difícil alinear los intereses partidistas con los proyectados por él. Lección
no aprendida de la Concertación que, en 20 años demostró capacidad para generar
espacios y procesos para superar sus conflictos. Por otro lado, la actual
situación socio-política nacional, la silenciosa campaña de Bachelet asumiendo
alguno de las grandes denuncias sociales y, en definitiva, su avasallador
triunfo en las primarias parece dejar en el olvido la alta competitividad
electoral entre Alianza y Concertación de contiendas electorales pasadas. Así, grandes
son las probabilidades de que no exista una segunda vuelta. El escenario de una
centro-derecha dividida haría más vergonzoso y fácil el triunfo de la candidata
de la Nueva Mayoría. No olvidar lo que reza el postulado electoral: “Las elecciones nunca las gana la oposición
siempre las pierde el Gobierno”. Finalmente, aquel o aquellos que representen
la centro-derecha en noviembre, tendrán necesariamente que afrontar temas que
incomodando a gran parte del conglomerado, particularmente al más conservador, son
requeridos para su debate por amplios sectores de la ciudadanía. Temas como la
reforma al binominal y el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) ya habían significado
dolores de cabeza al Longueira candidato.
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