martes, 23 de julio de 2013

El escenario político de la Alianza post Longueira


El pasado miércoles 17 de julio el candidato presidencial de la Alianza Pablo Longueira, quien había alcanzado tal nominación habiendo derrotado a Andrés Allamand en las primarias celebradas el domingo 30 de junio, anuncia, a través de sus hijos, que renuncia a su candidatura. La causa, estar aquejado por un fuerte cuadro depresivo.
                Casi inmediatamente y, luego de los respectivos discursos de preocupación por su salud, comenzaron las interrogantes sobre quién debería ser su reemplazante. ¿Acaso quien nominara la UDI, partido al que pertenecía el vencedor de dicha primaria? ¿Tal vez, Allamand, único contendor de Longueira? (Había perdido estrechamente por solo 22.198 sufragios, obteniendo un 48,62% de la votación total de la Alianza). ¿O quizás el que resultara de un proceso interno de primarias en el pacto?

                Es la Ley 20.640 que establece el sistema de primarias para la nominación de candidatos a Presidente de la República, Parlamentarios y Alcaldes la que nos entrega las luces requeridas. Ante esta eventualidad el pacto electoral (Alianza) y los partidos que lo integran (UDI-RN) han quedado liberados para la designación de su candidato, en forma individual o en pacto electoral. Estando habilitados para nominar al otro candidato que participó en la primaria (Allamand) o, a cualquier otra persona si así lo decidieran.   

                Aunque las conversaciones entre la UDI y RN no se hicieron esperar, si lo ha hecho la decisión por un candidato único. Derivado ello, de las primeras declaraciones del Presidente de la UDI reclamando el derecho de su partido para la designación del candidato del pacto, el retorno desde México de Allamand, luego la rápida proclamación por la Comisión Política de la UDI de Evelyn Matthei como candidata y, las horas de reflexión que se ha dado RN para definir su candidato ante un posible gran encuentro con la UDI o, por si decidieran asistir por separado a la primera vuelta.

                Los hechos de los últimos días nos permiten identificar tres como los caminos por los que deberían optar RN y la UDI, ya como pacto, ya individualmente. 1) La nominación de candidato único que surja de un convento político entre la UDI y RN, como lo propone Matthei, 2) un candidato único que surja de un rápido proceso de primarias, como lo ha dejado entrever Manuel José Ossandón (considerándose él mismo posible candidato) o; 3) que los partidos de la Alianza lleven sus propios candidatos en la idea que, el que logre en primera vuelta mayoría relativa, sea el abanderado del pacto en la segunda.

                Complejo escenario es el que deviene para la centro-derecha chilena y para quien o quienes asuman su representación en la próxima cita electoral presidencial, en el anhelo por continuar siendo gobierno. En estos años no han sido poco los enfrentamientos que tanto la UDI como RN han tenido con el gobierno de Sebastián Piñera. Lo que ha generado sensación de debilidad en la dirección del gobierno. Siéndole muy difícil alinear los intereses partidistas con los proyectados por él. Lección no aprendida de la Concertación que, en 20 años demostró capacidad para generar espacios y procesos para superar sus conflictos. Por otro lado, la actual situación socio-política nacional, la silenciosa campaña de Bachelet asumiendo alguno de las grandes denuncias sociales y, en definitiva, su avasallador triunfo en las primarias parece dejar en el olvido la alta competitividad electoral entre Alianza y Concertación de contiendas electorales pasadas. Así, grandes son las probabilidades de que no exista una segunda vuelta. El escenario de una centro-derecha dividida haría más vergonzoso y fácil el triunfo de la candidata de la Nueva Mayoría. No olvidar lo que reza el postulado electoral: “Las elecciones nunca las gana la oposición siempre las pierde el Gobierno”. Finalmente, aquel o aquellos que representen la centro-derecha en noviembre, tendrán necesariamente que afrontar temas que incomodando a gran parte del conglomerado, particularmente al más conservador, son requeridos para su debate por amplios sectores de la ciudadanía. Temas como la reforma al binominal y el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) ya habían significado dolores de cabeza al Longueira candidato.

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