martes, 10 de diciembre de 2013

A Sesenta y cinco años de la Declaración Universal de Derechos Humanos


El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución 217 A (III), aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por entonces sólo 56 países eran Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas. La tarea de elaborar una Declaración de Derechos Humanos con carácter universal y que definiera los derechos y libertades contenidos en la Carta de las Naciones Unidas fue encomendada a la Comisión de Derechos Humanos. Las discusiones y debates que surgieron en el seno de las Naciones Unidas, en esta materia, no expresaban más que “...las tensiones existentes en el mundo. La antinomia entre el Este y el Oeste se hizo también patente sobre si las libertades fundamentales clásicas o las reivindicaciones económicas frente al Estado deberían figurar como fundamento del catálogo, o bien si el derecho de opinar libremente, el derecho de libre asociación y el de sufragio, o la seguridad económica, debían tener carácter constitutivo. El duelo retórico entre el mundo liberal y el del bloque del Este se agudizó en la frase inglesa «Queremos hombres libres y no esclavos bien alimentados», y la réplica del representante de la Unión Soviética: «Los hombres libres también pueden morir de hambre»” (OESTREICH, Gerhard; SOMMERMANN, Karl-Peter. Pasado y Presente de los Derechos Humanos, 1963, Editorial Tecnos, Madrid, 1990, p. 74).